Fue el martes 18 de octubre, como a las 2:30 de la tarde.
Mi padre se había ido a Montevideo porque tenía que hacer algo de lo que ya no me acuerdo, y de paso iba a pasar por Canelones, donde estaban mis gusanos.
Cuando llegó, yo estaba entre emocionado y nervioso, porque ya los tenía a los santos bichitos estos y encima desconocía como eran. Ellos estaban dentro de esta caja (disculpen que se vea borroso):
Mi madre me hizo agarrar una tijera y empezar a cortar la cinta que cerraba la caja (nuevamente disculpas, se siguen viendo borrosas las fotos):
Cuando termina de sacar las cintas mi madre dice:
-¿Y?
-¿Y que?- le dije yo.
-Abrí y fíjate como son.
-Es que tengo miedo . . .
Entonces ella miró primero.
-Ay, son un asco- dijo mi madre.
Entonces me armé de valor y miré la caja, la verdad es que eran más feos de lo que pensé:
Y ahora, más de cerca:
Y ese fue el día que conocí los gusanos que están en mi casa ahora.
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